LA REPÚBLICA POPULAR DEMOCRÁTICA (RPD) DE COREA* Y SU SOBERANÍA (I)
Evidentemente, no solo está
nuestra nación en una situación delicada ante las arremetidas
colonialista del imperio (aunque algunos quieran negar su existencia)..
También a nivel mundial la situación es delicada, y para variar, es el
gobierno yanqui (dando el frente), con una corona inglesa actuando
subrepticiamente y todo un aparatare político intervencionista y bélico,
llamado OTAN.
Me tome un breve tiempo para recopilar una serie de artículos de la
Red Voltaire, que constantemente le hace seguimiento a los temas
mundiales en cuanto a geopolitica se refiere, y en este caso al tema de
la República Popular Democrática de Corea.
Como pasa en nuestra realidad nacional actual, y ha pasado y pasa en
innumerables naciones de nuestra orbe planetaria, la RPD de Corea ha
estado sometida a una constante agresión desde la finalización de la
llamada 2da. Guerra Mundial, por parte de las potencias occidentales,
por parte del Hegemon de la OTAN.
Los dos artículos que expongo de manera completa, veo que presentan
un panorama completo de los antecedentes que han generado en la realidad
actual, una realidad que lamentablemente puede generar en la extinción
de la especie humana.. y solo repito el razonamiento acertado de nuestro
Cmdte. Chavez y el Cmdte. Fidel Castro, entre otras personalidades, que
muchas veces lo advirtieron.
Hay otros artículos anexos de la misma Red Voltaire que nos muestran
una historia reciente de los altibajos del Hegemon en su política
agresiva contra esa hermana nación de infortunio en cuanto a la defensa
de su soberanía se refiere.
*Uso el asterisco en el titulo del articulo, por la sencilla
razón que la RPD de Corea, es una nación soberana y en ningún momento
son parte de ninguna otra nación (como son los planes gringos), como
para llamarla “Corea del norte”… Es una República Soberana e
Independiente, así como la nuestra, que lleva el digno nombre de
República Bolivariana de Venezuela, Soberana e Independiente gracias a
liderazgos de un Simón Bolívar y un Hugo Chavez.
Paranoia imperial
por AIN, Néstor Núñez
Como ha reiterado Fidel Castro en sus más recientes
reflexiones, las multiplicadas tensiones que alienta Washington en torno
a la península coreana están reactivando el detonante de un conflicto
cuyas consecuencias son impredecibles.
Socios | La Habana (Cuba) | 5 de agosto de 2010
La acusación del hundimiento por la República Popular Democrática de
Corea, RPDC, de una nave de guerra sudcoreana en un mar cargado de
artilugios militares Made in USA, se convirtió en el pretexto para
desatar maniobras militares en tan peligrosa zona, dañar los más
recientes gestos de entendimiento entre las dos Coreas, y elevar el tono
de las amenazas y la hostilidad imperialista contra Pyongyang.
No importa, desde luego, que la ONU, ante la falta de pruebas
contundentes contra la RPDC, emitiera una declaración donde se limita a
deplorar el incidente.
Los halcones norteamericanos requieren de un clima álgido que desvíe
la atención pública de la crisis económica galopante que vive la
primera potencia del orbe, que dispare nuevamente la actividad del
todopoderoso complejo militar industrial, y que renueve la posibilidad
de apretar el nudo bélico contra un viejo oponente y contra la cercana
China, poseedora de una amplia frontera con Corea del Norte.
No se puede pasar por alto que las citadas maniobras tenían entre
sus miras el despliegue de los buques estadounidenses frente a las
costas del gigante asiático, lo que motivó una fuerte protesta de
Beijing.
Desde luego, no hablamos de un asunto novedoso en la puja
imperialista norteamericana por establecer su dominio global, y en
especial en el Lejano Oriente. Desde su surgimiento en 1948 bajo las
banderas del socialismo, Corea Democrática ha estado bajo la mira
agresiva.
Al factor interno de asumir un régimen ajeno al capitalismo, se une
su posición geográfica estratégica frente a Japón, transformado
inmediatamente después de la segunda guerra mundial en hospedero de
grandes enclaves militares norteamericanos, y su ya mencionada frontera
con la República Popular China, que fundada en 1949, ha sido vista desde
siempre como un gran oponente por los Estados Unidos.
La historia recoge en aquella zona la brutal guerra de agresión
desatada por Washington contra Corea del Norte entre 1950 y 1953, que no
logró su propósito de destruir al Estado socialista, y el surgimiento
de una línea de demarcación militar donde Estados Unidos no dudó incluso
en ubicar armas nucleares.
De manera que la geoestrategia yanqui en la península coreana no ha
logrado progresar en largos decenios pese a todos sus esfuerzos
políticos y militares, y esa espina prevalece en las fauces de quienes
siguen soñando con un imperio de omnipotencia global.
Y son esas fuerzas ultraderechistas, para nada débiles, contra las
que Fidel ha estado alertando, con más razón en instantes en que una
realidad global difícil, pero a la vez esperanzadora en materia de
luchas populares, siembra el desconcierto y la desesperación entre los
que no admiten ceder un ápice en sus totalitarias ambiciones.
AIN
Néstor Núñez
http://www.voltairenet.org/article166626.html
Tecnología estadounidense en la bomba norcoreana
por Manlio Dinucci
Mientras el mundo se inquieta por los ensayos nucleares de
Corea del Norte*, Manlio Dinucci nos recuerda que la tecnología que
posee Pyongyang proviene en parte de Estados Unidos. Se la vendió, como
hombre de negocios, el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld,
especializado –como político– en atacar países a los que acusa de haber
comprado armamento sensible.
Red Voltaire | 13 de enero de 2016
Después de que Pyongyang anunciara haber realizado una explosión
subterránea de ensayo de una bomba de hidrógeno, el presidente
estadounidense Barack Obama, aunque poniendo en duda que en verdad se
trate de una bomba de hidrógeno, pide «una respuesta internacional
fuerte y unida ante el comportamiento inconsciente de Corea del Norte*».
Pero “olvida” que fue precisamente Estados Unidos quien proporcionó a
Corea del Norte* las tecnologías más importantes para la producción de
armas nucleares. Nosotros mismos documentamos esto hace 13 años [1].
La historia comienza cuando, después de haber sido secretario de
Defensa de la administración Ford en los años 1970 y –en los años 1980–
consejero del presidente Reagan para los sistemas estratégicos
nucleares, Donald Rumsfeld entra, en 1996, en el consejo de
administración de la firma ABB (Asea Brown Boveri), grupo líder en
tecnologías para la generación de energía. Rumsfeld recurre de inmediato
a su influencia para lograr que Washington autorice esa empresa a
proporcionar tecnología nuclear a Corea del Norte*, a pesar de que ya se
sabía que ese país tenía un programa nuclear de carácter militar.
Menos de 3 meses más tarde, el 16 de mayo de 1996, el Departamento
de Energía de Estados Unidos anuncia haber «autorizado ABB Combustion
Engineering Nuclear Systems, empresa enteramente controlada por ABB, a
proporcionar una vasta gama de tecnologías, equipos y servicios para la
proyección, construcción, manejo operativo y mantenimiento de dos
reactores en Corea del Norte*». El Departamento de Energía de Estados
Unidos –responsable no sólo de la industria nuclear civil sino también
de la producción de armamento nuclear– sabía que aquellos reactores
podían ser utilizados con fines militares y que los conocimientos y
tecnologías entregados también podían ser utilizados para el desarrollo
de un programa nuclear de carácter militar.
Así pudo ABB firmar con Corea del Norte*, en el año 2000, dos
grandes contratos para la «entrega de componentes nucleares». En aquel
momento, Donald Rumsfeld todavía era miembro del consejo de
administración de ABB, del que siguió siendo miembro hasta enero de
2001, cuando se convirtió en secretario de Defensa de la administración
Bush.
En 2003, Corea del Norte anuncia que se retira del Tratado de No
Proliferación (TPN), al que había entrado en 1985. Se iniciaron entonces
las «conversaciones entre Seis» (Estados Unidos, Rusia, China, Japón,
Corea del Norte* y Corea del Sur), que se interrumpieron en 2006, cuando
Corea del Norte* realiza el primero de sus 4 ensayos nucleares. Las
conversaciones fueron retomadas después, pero se interrumpieron
nuevamente en 2009. Pero Pyongyang no fue el único responsable de esa
interrupción. Ante el hecho que Estados Unidos sigue violando el Tratado
de No Proliferación, a pesar de ser su primer firmante, en Pyongyang
llegaron simplemente a la conclusión de que más vale tener armas
nucleares que no tenerlas.
El Tratado de No Proliferación obliga a los Estados dotados de armas
nucleares a no transferirlas a otros Estados (Artículo 1) y también
obliga a los Estados no poseedores de armas nucleares a no recibirlas
(Artículo 2). Al mismo tiempo, también obliga a todos los Estados
firmantes, comenzando con los poseedores de armas nucleares, a adoptar
«medidas eficaces a favor del cese de la carrera armamentista nuclear y
del desarme nuclear» hasta que exista «un Tratado que establezca el
desarme general y completo» (Artículo 6). Y también obliga a todos los
Estados firmantes a «renunciar, en sus relaciones internacionales, al
uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia
política de cualquier otro Estado» (Preámbulo del TPN).
¿Es Estados Unidos un ejemplo sobre cómo operar en materia de
desarme nuclear? A un costo de 1 000 millones de dólares, Estados Unidos
ha iniciado un plan para reforzar sus fuerzas nucleares con otros
nuevos 12 submarinos de ataque –armados cada uno con 200 ojivas
nucleares– y 100 bombarderos estratégicos más –con más de 20 ojivas
nucleares cada uno. Simultáneamente, violando el Tratado de No
Proliferación, Estados Unidos está a punto de almacenar en 5 países de
la OTAN –cuatro Estados europeos y Turquía, que por consiguiente también
violan así el Tratado de No Proliferación– unas 200 nuevas bombas
nucleares del tipo B61-12. Setenta de esas bombas nucleares
estadounidenses, con una potencia equivalente a 300 bombas como la de
Hiroshima, irán a Italia. Mientras tanto, las fuerzas nucleares de
Estados Unidos y la OTAN, incluyendo las de Francia y Reino Unido,
disponen en total de unas 8 000 ojivas nucleares, de las cuales 2 370
están listas para ser utilizadas en cualquier momento. Si sumamos las
que poseen China, Pakistán, la India, Israel y Corea del Norte, resulta
un estimado total de 16 300 ojivas nucleares, 4 350 de las cuales están
listas para ser utilizadas. Pero la carrera armamentista sigue adelante,
sobre todo con la modernización de los arsenales.
Con la primera guerra contra Irak, en 1991; la guerra contra
Yugoslavia, en 1999, la invasión de Afganistán, en 2001; la invasión de
Irak, en 2003; la guerra contra Libia, en 2011 y la guerra desatada
contra Siria desde 2013, Estados Unidos y la OTAN nos ofrecen
probablemente más “ejemplos” de cómo «renunciar al uso de la fuerza
contra la integridad territorial o la independencia de todo Estado».
Como también lo hicieron seguramente con el golpe de Estado de Ucrania,
que forma parte de la nueva guerra fría y de la reactivación de la
carrera armamentista nuclear.
Es así como la aguja del llamado «Reloj del Apocalipsis», el índice
simbólico del Bulletin of the Atomics Scientists que indica a cuántos
minutos nos encontramos actualmente de la funesta medianoche de la
guerra nuclear, se desplazó de las 12 menos 5 minutos, en 2012, a las 12
menos 3 minutos, en 2015 [2].
Pero la razón de ello no es tanto el «comportamiento inconsciente»
de Pyongyang como el «comportamiento consciente» de Washington.
Manlio Dinucc.
http://www.voltairenet.org/article189889.html
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