martes, 22 de agosto de 2017

La Batalla de Las Queseras del Medio /02 de Abril 1819

El 02 de abril de 1819, en el lugar denominado Las Queseras del Medio, en el estado Apure, el general José Antonio Páez, junto con 153 lanceros, logra derrotar a más de 1.000 jinetes, pertenecientes a la caballería española.

 

Este encuentro bélico se produce cuando "El Libertador" Simón Bolívar se repliega hacia la zona llamada los "Proteritos Marrereños, ubicado a la derecha del Río Arauca, lugar en el cual el jefe de las tropas realistas, Pablo Morillo, decide atacarlo, con la intención de neutralizar el avance patriota en territorio venezolano.

Los planes del jefe español es conocido por el general José Antonio Páez y logar cruzar, sin ser visto, el Río Arauca, sorprendiendo al campamento español, quienes mueven a su caballería en contra las filas de los independentistas.

Ante esta situación, Páez decide retirarse en la dirección donde esperaba Simón Bolívar con una unidad de infantería, siendo perseguido por la cabellería española.

Una vez alejada la caballería españolas de su componente militar, Páez se da vuelta y da su famoso grito "vuelvan caras", atacando por sorpresa a la fuerzas españolas, quienes sorprendida por la maniobra de los efectivos del ejercito patriota decide retirarse precipitadamente, siendo derrotada.

 

"¡Vuelvan caras!"

El jefe llanero, a la cabeza de 150 jinetes, rompe las filas realistas y por la brecha salen veloces los héroes, que se fingen derrotados. Morillo ordena a lanceros, húsares, dragones y carabineros, 1.200 jinetes (toda su caballería), que carguen contra los atacantes y los destruyan.

Las fuerzas de Páez, divididas en siete grupos que cabalgan en líneas paralelas, corren velozmente, primero, y luego a media brida. Vuelven a reunirse en un solo pelotón. Los soldados de Morillo, enardecidos, se apartan cada vez más del resto del ejército. La distancia que separa a los perseguidores de los perseguidos es ya de escasos metros. Han recorrido dos millas. De pronto, Páez levanta la lanza y se oye su famoso grito: "¡vuelvan caras!"

Los llaneros revuelven sus caballos, hacen frente a enemigo y se lanzan contra éstos a todo galope. Rueda por tierra la primera fila de la caballería española; la segunda vacila, pero es acuchillada también por los patriotas; la tercera corre el mismo destino, y el centro, imposibilitado de maniobrar por los caballos de las filas destrozadas, se repliega en desorden ante el empuje de los contraatacantes, y al revolverse con precipitación, atropellan a los que vienen detrás, contra los cuales pelean, creando una confusión tal, que impide maniobrar con acierto a tan formidable caballería que, sin tino, huye a la desbandada en un galopar sin freno, en busca del amparo de su infantería.

Morillo comprende que aquella estampida de jinetes realistas que retrocede, arrollará y destrozará su propio ejército, y ordena que se dispare contra ella, colaborando así a la destrucción que vienen realizando los llaneros. Ante la imposibilidad de contener aquella oleada, el ejército español se mueve precipitadamente hacia un bosque cercano, donde su espesura y la caída de la noche favorecen la vergonzosa retirada. Allí se guareció también la caballería perseguida, no sin que antes los llaneros dieran buena cuenta de ellos hasta llegar al pie de bosque.

 

 

Una vez concluida la batalla, Bolívar felicita a Páez y a sus hombres a quienes dice "acaban de ejecutar la proeza más extraordinaria que pueda celebrar la historia militar de las naciones. Lo que hicieron no es más que un preludio. Contad con la victoria que llevan en las puntas de sus lanzas y de vuestra bayonetas".

Al finalizar la ceremonia de felicitación, Bolívar condecora al general Páez y a sus hombres con la "Cruz de los Libertadores".

 

Fin/Juan Alejandro Sarmiento Caliman/MPPRE.



  • http://aruba.consulado.gob.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=134:la-batalla-de-las-queseras-del-medio&catid=5:efemerides&Itemid=54
  • https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Las_Queseras_del_Medio

File:Vuelvan caras.jpg

Vuelvan caras. Óleo de Arturo Michelena, 1890.

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